El Manchester, único invicto del torneo, le ganó 4-1 al Schalke en Inglaterra y se convirtió en el otro finalista de la Champions. El 28 de mayo, en Wembley, se enfrentará otra vez al Barcelona, como en la final del 2009, que ganó el Barsa.
Contundencia, poderío absoluto, eficacia. Y, muchos adjetivos más se le pueden poner al equipo de Alex Ferguson que mostró como se debe jugar un partido semifinal. Muchos podrán decir que es un equipo con experiencia y no le debía pesar el compromiso, y tienen razón. Por momentos dio la sensación que los Red Devils jugaron a voluntad.
Valencia, Gibson, Anderson -2-, marcaron para el local, mientras que Jurado descontó, quedando un resultado global de 6-1. El técnico del Barcelona, Pep Guardiola presenció el partido y ya se palpita la final del 28 de Mayo en Londres en Wembley. En el 2009 los españoles le ganaron a los ingleses 2-0.
Ya en ventaja gracias al 2-0 de la ida, los goles de Antonio Valencia y Darron Gibson en el primer tiempo permitieron a los ingleses estirar su ventaja y desde ese momento se pusieron a pensar mas en el choque del 28 de mayo ante el Barcelona que en el partido que estaban jugando, ya que todo era tranquilidad y confianza.
El gol de José Manuel Jurado devolvió al Schalke al partido pero toda esperanza se cayó a pedazos con los goles marcados por Anderson, quien había marcado solo dos goles a lo largo de 127 partidos jugados.
Ferguson tenía claramente un ojo puesto en este partido y otro en el choque del sábado contra el Chelsea y por eso los cambios en la formación inicial. Luego por lesión y otros factores tuvo que mover el banco de suplentes paradójicamente para que nada cambiara.
Schalke había comenzado bien el partido logrando aproximarse al arco de Van de Saar através de Jefferson Farfán que se fue desviado. El Manchester le respondió a los 13 minutos através de Berbatov. Por entonces parecía que el partido iba a ser golpe por golpe pero fue solo una sensación. El Manchester pasó a ser total dominador del partido y vapuleó a su rival.
Los locales impusieron todo su poderío atacando por los laterales y con subidas permanentes en bloque, haciéndole la cosa muy difícil a los Alemanes, que no veían la manera de poder frenar a los de camiseta roja.
De esta manera un solo equipo se mostró con intenciones claras de quedarse con el triunfo. No es que el Shcalke no haya querido ganar, el tema pasaba por el simple hecho de que no veía la manera de poder hacerlo. Y terminó siendo un rival digno ya que no acudió al juego brusco y entendió que estaba siendo claramente superado. Por algo los conducidos por el escocés Ferguson son los únicos invictos del certámen.
Old Trafford estuvo colmado como siempre y desde el césped los jugadores les devolvieron a los hinchas el espectáculo que fueron a ver. ¿Llamado de atención para el Barcelona que tendrá que ir a Inglaterra a mostrar sus credenciales? Es cierto que la final no es en Manchester sino que en Londres, pero salvo los hinchas del City, todos se encolumnarán detrás del equipo que los representa ya que no hay inglés que pueda decir que no se siente representado por este equipo.
