La prensa es la mejor...

Ante la plaga de lesiones, el DT del St. Pauli convocó a un miembro del staff de prensa del club.

Lejos de la veneración de los más exitosos o los más grandes, la filosofía del Culto tiene, como ocurre con bandas de música, películas, libros y actores, su expresión futbolera en el FC St. Pauli, el equipo del puerto de Hamburgo, que en lo que hace a resultados poco tiene que hacer frente al Hamburger SV, el club grande de la ciudad.

Representando a un barrio bohemio y progre, con zona roja y movida nocturna (allí, por caso, estaba el Indra, boliche donde tocaron The Beatles), el St. Pauli ha cultivado ese tan seductor perfil de equipo under. A punto de que hoy es, con nueve millones de hinchas, uno de los más populares de la Bundesliga, cuando en la década del 80 no llevaba más de 2.000 personas por partido.

Ser del St. Pauli, ser Pirata (de ahí la calabera y los huesos que los identifican ante el mundo), es ser diferente: cuando el equipo sale al Millerton-Stadion, suena de fondo el tema Campanas del Infierno de AC/DC. Lo que caracteriza a la hinchada es su idiosincracia. Este fue el primer club alemán en prohibir en su estadio demostraciones nazis o racistas; se trata de un público anti-sexista (es el de más hinchas mujeres en la cancha), anti-homofóbico (Corny Littmann, actor y activista gay, fue presidente del 02 al 10) y solidario (organizan campañas para instalar agua potable en países africanos).

Claro que una cosa es decidir cómo moldear tu perfil (hace un tiempo, las biografías de los jugadores en la web oficial se presentaban como las fichas de ingreso al prontuario de Policía) y otra es como se sortean los caprichos del destino. El equipo viene de ganarle el clásico al Hamburger por primera vez desde 1977, pero está plagado de lesiones. Y como Holger Stanislawski cuenta con sólo cuatro defensores, citó para el partido de hoy ante el Hannover a Hauke Brückner que es miembro del departamento de prensa. Luego de una discreta carrera como defensor central en el ascenso alemán, Brückner trabaja en ese sector del club. Está habilitado para jugar porque tiene ficha en el equipo B. Y a los 30, se va a dar el gusto de estar por primera vez en un partido de la Bundesliga. “Cuando Holger me llamó y entré con mi bolso al vestuario, los jugadores pensaron que era una broma”, contó Brückner. Cosas que pasan en el St. Pauli...